Cuando hemos girado un efecto, compensado un cheque o un pagare, o hemos presentado recibos al cobro, la devolución de los mismos es un trago amargo. El cliente se ha convertido en un irregular, en un candidato a moroso. La confianza está en el aire. Por ello, antes de hacer la gestión obligada con él, debemos conocer los motivos de la devolución.
Importante el matiz. Hablamos de los motivos formales, aquellos que vienen indicados en el documento que nos presenta nuestro banco, y que son los comunicados por el banco del cliente a la hora de explicar que no se haya llegado a cobrar.
Se suelen recoger unos códigos a a pie de documento, y conforme a ello sabremos cuál es la causa, sin perjuicio de que solicitemos aclaraciones a nuestra entidad. Estos códigos están normalizados, variando en función del instrumento financiero utilizado.
En todo caso, vamos a fijar una pequeña relación de los motivos de devolución más habituales:
- Por incorriente, o lo que es lo mismo, no hay fondos en la cuenta del cliente.
- Por ausencia de instrucciones del cliente, habitual cuando hablamos de efectos sin domiciliar, de los cuales no se han recibido instrucciones al respecto.
- Por instrucciones del cliente previas de no cargar.
- Por instrucciones a posteriori del cargo del cliente de devolver.
- Por disconformidad con fecha, importe, etc...aquí es justo lo contrario, el cliente ha solicitado la devolución. Atención a nuestras responsabilidades.
- Por haber sido denunciado como robado dicho cheque, pagaré, etc, o por estar duplicado o no entregado aún por su banco.
- Por bloqueo de la cuenta por motivos varios.
- Por cuenta cancelada o inexistente.
- Por no coincidir el titular de la cuenta y el del documento de cargo.
Conviene conocer el motivo concreto que el banco nos da para la devolución, para preparar nuestra comunicación con nuestro cliente. No es lo mismo que nos hayamos dado cuenta de que se trata de un error nuestro al usar una cuenta antigua, o debido a un error en las fechas o en el importe, que que se trate de un tema de falta liquidez o de un desacuerdo comercial.