Aspectos a tener en cuenta en La refinanciación

Aspectos a tener en cuenta en La refinanciación

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Suele ocurrir que en momentos difíciles, de alta tensión, se activa nuestro modo "focalizador", de cazador, y dejamos de ver, centrados en la presa lo que ocurre a nuestro alrededor, perdiendo visión periférica. Posiblemente esto ocurra en las crisis empresariales, y haya gente a la que le convenga recordar qué aspectos se pueden negociar en una refinanciación. Debemos partir del principio de que el concepto de refinanciación es muy amplio, pues incorpora tanto la novación de préstamos existentes como la cancelación de los viejos y constitución de nuevos. Hay multitud de aspectos que se pueden abordar para hacer más viable nuestra estructura financiera, a los que pone límites la voluntad de las partes (todos deben estar de acuerdo) y los costes que implica cada alternativa. Repasemos algunos de los principales puntos.

Los plazos

Uno de los primeros aspectos que se suelen abordar son los plazos, algo que puede otorgar un respiro sustancial, salvo que se trata de una operación que de por si ya esté a muy largo plazo, en cuyo caso el efecto será mínimo. Cuando hablamos de plazos, y en operaciones específicas, se pueden fijar determinadas condiciones bajo las cuales se pueden variar dichos plazos, alargándolos o recortándolos, en función del cumplimiento de determinadas circunstancias (hitos urbanísticos, planes de pago, etc...). También podríamos incorporar en este apartado la introducción de cláusulas de renovación, expresa o tácita, en operaciones crediticias cara a minimizar costes. Debemos tener en cuenta que, a pesar de que las recientes modificaciones hipotecarias han abierto la posibilidad de alargar plazo o introducir carencias sin afectar al rango hipotecario, es muy posible que si hay cargas hipotecarias la entidad se niegue a refinanciar. Pero para todo hay solución como luego veremos.

Los sistemas de liquidación

En este punto lo más habitual es introducir las famosas carencias, que pueden ser en esencia de dos tipos, aquellas que implican el cobro de intereses (un caso extremo de este modelo sería el llamado sistema de sinking fund), y las que suponen el aplazamiento de los mismos, junto con el capital hasta un determinado momento, es decir, no pagar nada durante el mismo. Existen más variantes, como sustituir el tradicional sistema francés por la cuotas crecientes, o el establecimiento de determinados vencimientos en los que se va ir reduciendo el limite de disponibilidad de una póliza de crédito, implicando la necesidad de amortizar la que exceda, o en los que se impone una amortización extraordinaria en un préstamo con cuotas, implicando la necesidad de amortizar la que exceda, etc... Por otro lado, hay un vocablo horroroso que también habréis oído, y que tiene relación con refinanciaciones, y es el llamado "prestamizar", o lo que es lo mismo, reconvertir créditos circulantes en préstamos con cuotas.

La negociación del rango hipotecario

Ya hemos comentado que un obstáculo fuerte a las refinanciaciones de hipotecarios suele ser el miedo de las entidades a ver perjudicado el rango de sus hipotecas. Pero eso también se puede negociar. En este sentido, y de común acuerdo entre entidades acreedoras, y por supuesto con el deudor y los garantes, es posible negociar el rango de estas hipotecas. Así, en ocasiones, hay entidades con un rango posterior que dan su consentimiento a la refinanciación de otras con rango precedente, a veces sin más compensación (saben que si no se cae todo), y en otros casos a cambio de regularizar parcialmente su crédito. Se trata de una cuestión compleja, pero que no debe ser un obstáculo si hay voluntad por todas las partes y la refinanciación tiene visos de otorgar viabilidad a la empresa.

De pagos y quitas

En ocasiones en las refinanciaciones el cliente deberá realizar determinados pagos para que esta se lleve a cabo, bien para que la entidad admita la misma, bien para que la operación en los parámetros de garantías o cobros. En otros casos, muy escasos, es posible que se admitan quitas por parte de la entidad. Lo más habitual es que la entidad admita realizar reliquidaciones de la deuda con tipos menores, retrocesiones de comisiones, etc, que no le supongan un quebranto y que tengan un efecto similar, aunque no totalmente equivalente, pero que no le generen una perdida directa en la cuenta de resultados. Obviamente, no estamos hablando de los supuestos de quitas derivados de situaciones concursales. Una variante sería la aceptación por parte de la entidad de fórmulas de dación en pago o para pago de determinados activos.

La exclusión e incorporación de garantías

Lo más habitual en una refinanciación es que se incorporen garantías, personales (avales de los socios, de instituciones), hipotecarias, pignoraticias, cesiones de derechos de cobro de subvenciones, de créditos, etc... En este punto es importante tener en cuenta el posible impacto fiscal de la incorporación de las mismas. En ocasiones será la entidad la que deberá liberar garantías, bien para poder efectuar una venta de activo, aplicando una parte de la misma a la reducción de los prestamos o el pago de atrasos, bien dejando salir a algún socio como avalista, por ejemplo, a cambio de la incorporacion de un nuevo fiador o de una garantía inmobiliaria concreta.

Tipos y comisiones

En este punto, lo más frecuente es que nos suban las condiciones de tipo de interés y de otras comisiones, al tratarse de operaciones que vienen ya dificultadas. Sin embargo, es posible que podamos sentarnos a negociar aspectos como el de los intereses de demora, o incluso el de los intereses de principal, si son la diferencia entre que el principal se acabe pagando o no. Recordemos que en le caso de la banca comercial su objetivo es recuperar el principal y ganar dinero con ello, sin llegar a situaciones límite.