Historia del TPV: ¿te acuerdas de la bacaladera?

Historia del TPV: ¿te acuerdas de la bacaladera?

Héroe Financiero » Blog » Tipos de financiación » Tarjetas » Historia del TPV: ¿te acuerdas de la bacaladera?

Los primeros TPVs no estaban conectados a la línea telefónica, pero la evolución de estos y de la tecnología en lo que respecta a sus comunicaciones trajo consigo su sustitución por los TPV GPRS (TPV móviles), aunque, como es obvio, poco tienen que ver esos primeros terminales con los modernos TPVs actuales que ofrece el Héroe Financiero a sus clientes.

Aunque referirse al terminal de pago con tarjeta como TPV está totalmente extendido, la palabra adecuada es datáfono, ya que un TPV es el acrónimo de terminal punto de venta y hace referencia a los sistemas informáticos especializados mediante una interfaz accesible para los vendedores, que ayudan en la tarea de gestión de un establecimiento comercial de venta al público, permitiendo la impresión del popular ticket de venta.

¿Cuál es la historia del TPV?

La primera tarjeta de España se expidió en abril de 1971, siendo las primeras exclusivamente de crédito (máximo de 25.000 pesetas), ya que por aquel entonces no se podían realizar los cargos automáticamente en las cuentas corrientes como hasta ahora. La primera tarjeta, la número 0001, se otorgó a Carlos Donis de León, el banquero que importó la idea, y fue emitida por el Banco de Bilbao.

Las primeras tarjetas carecían de banda magnética en el reverso y para realizar el pago se utilizaba el imprinter, más conocido con el nombre de bacaladera, que calcaba la imagen de la tarjeta en un papel. El nombre de bacaladera le viene por el ruido que hacía al imprimir los números en relieve sobre el formulario, ruido similar al cortador de pescado de los ultramarinos.

Las primeras operaciones se confirmaban telefónicamente con los bancos, y se restringían a un puñado de comercios asociados y a El Corte Inglés, aunque poco a poco se generalizó su uso y se sofisticó su funcionamiento.

A finales de los años ochenta, empezaron a desaparecer las bacaladeras y aparecieron los primeros datáfonos, capaces de leer las bandas magnéticas y enviar la información al banco de manera telemática, con lo que se permite la transferencia de fondos de la cuenta del titular de una tarjeta débito o crédito a la cuenta del establecimiento donde se hace la compra, facilitando de esta manera la transacción, ya que con la bacaladera el propietario del establecimiento no recibía el dinero hasta que llevaba al banco los justificantes de las operaciones realizadas.

El Héroe Financiero con más de 150 años de historia ha vivido y participado en la historia de los TPV, innovando y facilitando a sus clientes sus transacciones, pero con la experiencia del pasado vivido mira al futuro, siendo una entidad pionera en ofrecer a sus clientes la tecnología de vanguardia para la realización de los pagos con tarjeta.