Cómo mejorar la rentabilidad económica de la empresa

Cómo mejorar la rentabilidad económica de la empresa

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Podemos definir la rentabilidad económica de la empresa como una magnitud que mide los beneficios generados por la empresa por unidad monetaria invertida en los activos de la empresa.

Dos son los factores que influyen en la rentabilidad económica de la empresa: el margen y la rotación de los activos.

  • El margen representa la proporción de las ventas que termina en el beneficio de la empresa.
  • La rotación del activo representa lo que se vende por unidad monetaria invertida en el activo de la empresa.

El objetivo de la rentabilidad económica y financiera va un punto más allá que el de mantener la liquidez o la solvencia de la empresa. No solamente se trata de tener dinero o de que la empresa sea capaz de pagar sus deudas, sino que la rentabilidad ha de entenderse como la capacidad de devolver los máximos retornos (rentabilidad económica) y, en particular, a sus accionistas (rentabilidad financiera).

¿Qué es la rentabilidad financiera?

La rentabilidad financiera la podemos definir como la magnitud de la capacidad de la empresa para generar beneficio neto por cada unidad de fondos propios. La mejora de la rentabilidad financiera pasa, además de por la mejora de la rentabilidad económica, por la mejora en las fuentes de financiación.

Medidas para mejorar la rentabilidad económica

En el caso de la empresa española, la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME) y la Escuela de Alta Dirección y Administración (EADA) han elaborado un informe de Diagnóstico Financiero de la Empresa Española en el que se plantea, entre otras cuestiones, el estudio de qué medidas tomaron las empresas españolas para mejorar su rentabilidad. Veamos algunas de las medidas que pueden tomar las empresas para mejorar su rentabilidad.

Disminuir los gastos generales

Se busca reducir la estructura de la empresa a lo mínimo imprescindible, a lo que podríamos calificar como una empresa austera. La reducción de los gastos generales hace que la rotación del activo sea mayor. Es decir, se puede generar el mismo beneficio con menos activos, eliminando activos sobrantes, siendo más eficientes.

Introducir nuevos productos

Trabajar correctamente las cuatro herramientas del marketing mix será muy importante, pero el producto es la que da sentido a las otras. Sin producto no hay esfuerzo comercial que valga.

Probablemente nos encontremos ante el fin de una etapa económica y, tras la crisis, estemos abriendo una nueva etapa. En muchos mercados con la recuperación se demandarán nuevos productos. Esos nuevos productos pueden ser más demandados que los antiguos y generar una mejora de los márgenes.

Rebajar los precios

Rebajar los precios puede tener sentido en diversas situaciones, a pesar de que a primera vista implique una reducción de los márgenes. En algunas empresas, particularmente las dedicadas a la distribución, la rebaja de precios en algunos productos puede llevar a acudir a sus establecimientos a los consumidores.

Es una manera de dar a conocer el resto de sus productos. Se habla de productos gancho. También puede tener sentido, por ejemplo, en aquellos casos en los que la empresa produce varios productos que se consumen juntos, para incentivar la demanda de los otros productos.

De esta forma la reducción del margen en un producto se puede ver compensada con la mejora en otros productos. Se busca que, en conjunto, crezca el margen o que se sienten las bases para su crecimiento futuro.

Pero incluso aunque la reducción del precio pudiese tener una repercusión en los márgenes, puede tener mucho sentido para incrementar la rotación de los activos. Muchas empresas se plantean cómo salvar una transición desde la época de baja demanda de la crisis hacia una nueva de mayor crecimiento, donde muchos de los activos que poseen en la época de baja demanda serán necesarios.

Para no reducir el tamaño de la empresa, y tener que afrontar los costes de la liquidación de determinados activos, hay que dar salida a una mayor producción y eso puede requerir alguna reducción de márgenes que puede ser compensada en el futuro en un contexto de mayor demanda.

Reducir los costes de personal

La reducción de costes de personal puede mejorar el margen de la empresa, al reducir sus costes. Pero esa reducción de costes también puede propiciar una reducción de precios que incremente la rotación de los activos de la empresa por la vía de vender más, si el incremento de las ventas propiciado por los menores precios no viene acompañado de un incremento proporcionalmente mayor de las inversiones de la empresa para atender esas mayores ventas.

La reducción de costes de personal se puede apoyar en una reducción de salarios o en una menor necesidad de personal para llevar a cabo la misma producción, en definitiva una mejora de la productividad de la empresa.

La mejora de la productividad debe ser una de las prioridades de cualquier empresa, porque permite reducir la proporción que representan los costes de personal devolviendo parte de ese éxito a los trabajadores en forma de mejores salarios.

Reducir los precios de compra

Reducir los precios de compra es una forma de mejorar los márgenes que puede elevar la rentabilidad económica y financiera de la empresa, siempre que se encuentren las adecuadas fuentes de aprovisionamiento.

Si la empresa no encontrase proveedores suficientes dispuestos a proveer a esos precios más reducidos, la reducción de los precios de compra podría perjudicar a la capacidad de la empresa para producir y a la rotación de los activos.

Tener proveedores habituales refuerza una relación de confianza que puede proveer beneficios a largo plazo pero, si la dependencia que pueda tener la empresa de sus proveedores habituales es muy grande, el proveedor puede tratar de aprovechar esa dependencia para elevar los precios.

Toda empresa debe examinar continuamente las posibilidades alternativas de aprovisionamiento, de forma que se evite pagar precios más elevados si los beneficios no compensan.

Reducir los stocks

Algunas empresas sufren de exceso en sus stocks, lo que puede resultar muy dañino. Es una fuente de costes que reduce los márgenes de la empresa. Pero a la misma vez, la eterna acumulación de las existencias es una forma de impedir que los activos roten todo lo que tienen que rotar. Eso es particularmente importante en empresas en las que las existencias son una proporción suficientemente cuantiosa del activo.

Para muchas otras empresas reducir sus existencias es una forma de abordar los problemas que surgen en todos los procesos de producción, abordar esos problemas a través de su afloramiento. Con menos existencias pueden aflorar problemas que de otro modo permanecerían ocultos.

Abordar la apertura al exterior

En el exterior se pueden encontrar clientes que pueden valorar mucho los productos de la empresa, lo que convenientemente manejado puede mejorar los márgenes. Entre otros factores, las empresas exportadoras se ven beneficiadas por la menor morosidad, las menores restricciones financieras y unos tipos de interés más bajos.

La exportación, además, hace menos dependiente a las ventas de las oscilaciones de la demanda nacional. Eso evita que, en épocas de baja demanda, haya excesos de capacidad en la empresa y periodos de baja rotación de los activos.

Pero, sobre todo, es una medida a tomar porque cada vez es más sencillo exportar. Dos de los sectores tradicionalmente más renuentes a planificar una salida al exterior han sido la pequeña empresa y las empresas de servicios. Eso está cambiando.

Entre los factores que están propiciando el cambio podemos encontrar dos muy importantes: la mejora de los servicios de las empresas que colaboran para hacer más sencillo su salto al exterior a las empresas exportadoras y las nuevas posibilidades que ofrece Internet en el comercio exterior. Para el salto al comercio exterior, para conocer el potencial exportador de su empresa, para valorar su estrategia y operaciones o para valorar los mercados y sectores donde llevar a cabo ese salto al exterior puede contar con la ayuda de herramientas del grupo Héroe Financiero.

Las pequeñas empresas abren su tienda online enfocada al mundo entero conscientes de los principales requerimientos y con una amplia gama de posibilidades en las formas de cobro. Las empresas de servicios van tomando conciencia de que una parte muy importante de sus servicios se pueden transformar en información, en unos y ceros que viajan por el mundo a través de Internet.

Mejorar la financiación ajena

La financiación ajena mejora la rentabilidad de la empresa. Dado que se trata de un aspecto financiero, a primera vista, parece que sería una forma de mejorar únicamente la rentabilidad financiera de la empresa, de mejorar ratios financieros como el ROE. Pero la financiación ajena va mucho más allá de lo puramente financiero. Las empresas sin deudas no son rentables, no tienen rentabilidad financiera, pero tampoco económica.

Una empresa sin financiación ajena genera dudas, falta el apoyo de acreedores que muestren su confianza en el proyecto de la empresa. Además, cuando hay financiación ajena, esos acreedores se cuidarán de que la empresa destine esa financiación a activos con mucho uso que puedan permitir que se puedan pagar las deudas, lo que favorece la rotación de los activos.

El refuerzo de la confianza en la empresa se puede trasladar en una mayor demanda de sus productos, y de sus márgenes, fruto de las oportunidades comerciales que adquiere toda empresa que apuesta por la confianza. Por ejemplo, una empresa puede necesitar una financiar una inversión para iniciar una relación a largo plazo con un cliente importante. Quien presta financiación ajena a largo plazo a esa inversión está dando su apoyo al proyecto, lo que puede ser muy valorado por el cliente.

Cerrar líneas de negocio

No es una medida popular, es muy dolorosa cuando hay que despedir trabajadores que no puedan reubicarse, pero es una medida muy necesaria en el proceso de adaptación de la empresa a nuevas realidades.

Las líneas no rentables están absorbiendo parte de los recursos financieros de la empresa sin ofrecer a cambio una rentabilidad económica. El empleo de esos recursos en actividades más rentables elevará la rentabilidad económica de la empresa.

Otro caso se produce cuando de lo que se trata es de reducir el tamaño de la empresa, porque no se encuentran destinos alternativos de esos recursos. Si los activos liquidados no aportaban suficientes beneficios a la empresa, la reducción del activo puede beneficiar a la rentabilidad económica. Y la rentabilidad financiera se puede ver mejorada si, desprendiéndose de una parte de la deuda, se consigue financiar el resto a un tipo de interés menor.

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