Cómo calcular la cantidad de dinero que tengo que pedir al banco

Cómo calcular la cantidad de dinero que tengo que pedir al banco

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Una duda habitual de los emprendedores es, ya sea porque están a punto de afrontar la puesta en marcha de su empresa, o porque quieren expandirse, crecer, desarrollar nuevas líneas  de negocio  o internacionalizarse, dónde y cómo conseguir del dinero para acometer el proyecto.

En este caso, estar totalmente preparado para solicitar financiación al banco es fundamental, siendo uno de los principales aspectos que debe manejar el emprendedor el saber, sin riesgo a equivocarse, qué cantidad necesita pedir a su entidad financiera.

Características de la cantidad que vamos a solicitar

Cuando hablamos de crear una empresa, la cantidad que se debe pedir al banco debe de cumplir una serie de características, entre ellas que la cantidad sea justa y necesaria.

El importe que vayamos a solicitar debe ser una cantidad justa, ni más ni menos de lo que necesitemos, teniendo en cuenta que el dinero que dispondremos tiene un precio: el tipo de interés.

Por esto, debe ser una cantidad que guarde un equilibrio entre lo que nos cubra la inversión que hemos razonado, ya sea para comprar el inmovilizado de la empresa, la mercancía inicial o dinero para los primeros gastos, y la cantidad que nos haga sentir cómodos, que habitualmente, si el emprendedor está capacitado, debiera ser un mínimo margen de error por si las cosas van mal (dejémoslo en regular).

En cualquier caso, el emprendedor tendrá que hacer un estudio económico que contemple lo siguiente:

Valorar la cantidad a invertir en inmovilizado

El emprendedor debe hacer un listado desglosado en el que venga todo aquello necesario hasta el día que abra la puerta de su negocio, siendo escrupuloso para que no se escape nada. A modo de ejemplo, hay que contemplar el rótulo del local, todo la obra a realizar, fianza del alquiler, el coste del ingeniero, las tasas de apertura, el vehículo, los muebles, los expositores, los ordenadores, TPVs, los gastos de gestiones, la publicidad de lanzamiento y todo aquello que haga posible la apertura.

Es conveniente solicitar presupuestos de todo, una práctica que servirá para evitarnos sorpresas y sobrecostes y que, además, después podremos entregar al banco para acreditar y darle veracidad a estos cálculos. Estos importes los sumaremos, eso sí, sin olvidarnos de que venga incluido el IVA o el IGIC.

Valorar la mercancía inicial que necesitamos

Para valorar la cantidad de mercancía inicial que necesitaremos, lo podemos hacer de distintas maneras. Por un lado, podemos presupuestar lo que necesitemos para llenar de género el local, siempre y cuando no sea mercancía perecedera, o garantizarnos el suministro de cierto tiempo, uno o varios meses, o una temporada si hablamos de comercio. El caso es empezar teniendo cubierto el suministro que consideremos fundamental y que nos proporcione seguridad y poder afrontar con garantías una rotación de stock prudente.

Siempre hay que ligar este cálculo a las estimaciones de ventas y compras que el emprendedor suele elaborar, dominando tanto los ingresos como los pagos, siendo estas estimaciones unos datos valiosos para calcular el dinero que vamos a pedir al banco para financiar estos primeros pedidos.

Calcular una estructura normal de gastos

Se debe plantear la estructura de gastos fijos que va a soportar la empresa durante el primer año, contemplándose normalmente todo lo que tendremos que pagar mes a mes. Esta parte de gastos queda plasmada por el emprendedor en un plan de tesorería, en el que por un lado vengan los ingresos estimados y por otro los gastos.

En este sentido, lo que se suele hacer es someter a estos planes a pruebas de estrés, dejando, durante unos tres meses (dependiendo de la actividad), los ingresos estimados a cero y manteniendo el nivel de gasto normal, con lo que obtendremos la cantidad de dinero que vamos a necesitar para aguantar el tirón y cubrir esos gastos.

De este análisis nos sale el dinero que tenemos que tener disponible en liquidez, cosa que en ocasiones no conviene que sea excesivo respecto a los importes calculado en los pasos anteriores.

La estrategia para plantear la operación al banco

Es el momento de sumar los importes que hemos calculado anteriormente, esto es, la inversión en inmovilizado, la mercancía inicial y la liquidez, y con esto ya tenemos el importe inicial que necesitamos para nuestro proyecto. Pero todavía no hemos acabado, faltan varias cosas para ver cómo voy a plantear la operación.

El importe anterior es el que nos va a costar poner el proyecto en marcha, pero lo normal no es pedir todo el dinero al banco, sino una parte, ya que el emprendedor debería plantear el porcentaje de cofinanciación que va afrontar con sus aportaciones. No existen normas, hay proyectos que el banco financia al 100%, pero es habitual que el emprendedor llegue a aportar un 20% del total, con lo que, en este caso, al banco le pediremos el 80% de la cantidad que habíamos calculado.

Para finalizar, una última consideración: hay que pedir una cantidad de dinero que haga que la cuota que nos quede sea soportable, no olvidando igualmente que, en general, hay que ser prudente en las inversiones y no adquirir cosas que no necesitamos, ya que esto puede inflar sin darnos cuenta un préstamo.