6 razones por las que nos conviene la financiación ajena para montar un negocio

6 razones por las que nos conviene la financiación ajena para montar un negocio

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Al montar un negocio, algunas personas disponen por sus propios medios o en compañía de socios de dinero suficiente como para que su idea de negocio eche a andar. Surge así la tentación de financiarse exclusivamente con fondos propios. La financiación ajena transmite una sensación de especial responsabilidad. En primer lugar, porque obtenemos un dinero que no es de la empresa y que tenemos la responsabilidad de devolver. Pero, además, podemos tener miedo a una posible situación futura de insolvencia de la empresa. Es un temor entendible en todo empresario responsable, pero la responsabilidad nos debe llevar a  no desaprovechar las enormes ventajas que tiene la financiación ajena para nuestro negocio y que compensan muy sobradamente todos los temores. Una buena opción es recurrir a los préstamos para empresas.

Ventajas de contar con financiación ajena al montar un negocio

El apalancamiento financiero

El apalancamiento financiero puede traernos diversas ventajas. Es una forma de atraer recursos para el crecimiento empresarial, para con los mismos fondos propios poder llegar a proyectos de mayor tamaño y, así, poder beneficiarse de todas las ventajas del crecimiento, que en empresas pequeñas pueden ser muy importantes. Uno de los problemas de la pequeña empresa es precisamente estar en una trampa de pequeño tamaño que la lleve a desaprovechar buenas oportunidades que aporten rentabilidad. Pero, además, el apalancamiento financiero es una vía para mejorar la rentabilidad de los recursos propios, al permitir alcanzar la financiación necesaria para obtener un determinado beneficio con una menor necesidad de recurrir a los fondos propios. Aunque es cierto que se incrementa también el riesgo de nuestra empresa, todo socio quiere invertir en empresas rentables, lo que incrementa el atractivo de nuestra empresa.

La reducción de riesgos para el patrimonio personal

Para que la financiación ajena reduzca los riesgos de nuestra actividad empresarial para nuestro patrimonio personal tenemos a nuestra disposición un aliado a la hora de montar un negocio: la utilización de alguna forma de sociedad de capital (sociedad anónima o sociedad limitada) como forma jurídica de nuestro negocio. En estas sociedades podemos perder hasta el último euro que hemos puesto en la empresa, pero las deudas de la empresa no serán deudas que afecten a nuestro patrimonio personal. En este sentido es importante tener presente que, al pedir financiación ajena para nuestro negocio, nos pueden solicitar algún tipo de garantía que afecte a nuestro patrimonio personal, tal como un aval, una pignoración o una hipoteca. Pero, en todo caso, estamos hablando de un supuesto particular.

Los intereses son parcialmente deducibles en el Impuesto sobre Sociedades, los dividendos, no

Aunque con limitaciones, los intereses que remuneran la financiación ajena son fiscalmente deducibles, mientras que los dividendos que remuneran a los fondos propios no los son. Eso hace que podamos obtener un mayor beneficio después de impuestos optando por financiar una parte de nuestro activo con financiación ajena.

La financiación ajena nos sitúa en la línea correcta de salida para cualquier negocio: la planificación

Muchas son las buenas ideas empresariales que, por desgracia, no han llegado a buen puerto por falta de una correcta planificación. En el arranque, el plan de negocio es una herramienta indispensable para montar un negocio. Al montar un negocio, todo emprendedor debe tener presente lo que un plan de negocio debe ser y lo que no para ser una herramienta que logre resultados al servicio de nuestra empresa. El plan de negocio ha de servirnos de herramienta para lograr convencer de que somos merecedores de financiación ajena. Obtener financiación ajena puede ser uno de los objetivos de la mayoría de los planes de negocio pero, en el camino, habremos reforzado y dado viabilidad a una idea, habremos ideado los medios para reforzar y aprovechar nuestras ventajas y  fortalezas y reducir nuestras debilidades.

La financiación ajena en el arranque del negocio es la primera prueba de fuego de nuestra estrategia de comunicación

Uno de los retos más importantes de la empresa es su estrategia de comunicación, tanto interna como externa. Existen aspectos que solamente de forma indirecta están relacionados con la viabilidad financiera de la empresa, como el esfuerzo para comunicar la responsabilidad ambiental o la responsabilidad social de la empresa. Pero se puede decir que, con todas las diferencias que existen lógicamente en función de los destinatarios, objetivos y forma de comunicar; la empresa tiene un objetivo fundamental en la mayoría de sus acciones de comunicación: mostrar que es un proyecto que merece la pena. Se trata de convencer de que la empresa dará beneficios, ofrecerá un buen producto, que será competitiva, que pagará puntualmente, que ofrecerá buenas oportunidades laborales, etc. Para que quienes nos presten se convenzan de que nuestra empresa se merece esa financiación ajena debemos hacer el primer gran esfuerzo por convencer a otras personas de que el proyecto merece la pena. La experiencia nos servirá en otros muchos ámbitos de comunicación.

La importancia del contraste de ideas con el entorno exterior

Las opiniones de la entidad financiera  o de otros posibles financiadores sobre nuestro proyecto nos pueden ser de gran valor, y particularmente cuando nos deniegan la financiación. Todo buen empresario actúa con seguridad y firmeza, convencido de sus proyectos. Pero también escucha todo aquello que le aportar luz sobre lo que falla en su proyecto a fin de mejorarlo. Un aspecto importante es que muchas veces el entorno exterior, y particularmente las condiciones económicas generales, modifican las posibilidades de nuestro negocio. Por eso es muy importante tener presente que lo que, en un momento dado, es imposible de financiar, más tarde quizá lo pueda ser. Por eso todas las empresas deben estar preparadas para mejorar sus proyectos y para realizar la transición hasta que esos proyectos mejorados sean posibles.