TPV pago en divisas

TPV pago en divisas

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A la hora de elegir un TPV para nuestro negocio o comercio, una de las cuestiones que puede resultar interesante es la posibilidad de ofrecer a los clientes extranjeros el pago con su propia moneda. Esta es una alternativa muy atractiva si tenemos un flujo de público que está fuera de la zona euro y tiene que hacer el cambio de moneda mentalmente para saber cuánto le cuesta el producto o servicio que desea adquirir. Esta es una de las razones, entre otras, que pueda llevar a elegir un TPV que permita el pago con divisas.

Elegir un TPV no resulta fácil. Son muchas las características que hoy en día le pedimos a un dispositivo de este tipo, como pueden ser la conexión inalámbrica, la posibilidad de pagos sin contacto o que nos ofrezca financiación instantánea desde el propio terminal para determinados productos de precio un poco más elevado.

Su funcionamiento es muy sencillo. El TPV identifica las tarjetas extranjeras de moneda no euro y de forma automática ofrece la posibilidad de pagar en euros o en su equivalente. Este servicio no supone un coste adicional. El pago en divisas está disponible para las tarjetas Visa y Mastercard y para las principales divisas distintas al euro, como la libra inglesa, el dólar americano, el yen japonés, el franco suizo, la corona sueca, la corona noruega, la corona danesa, el dólar canadiense y el dólar australiano, entre otras.

TPV con pago con divisas, ventajas para los negocios

En muchas ocasiones, el cliente no paga con tarjeta y prefiere pagar en efectivo. Pero aquí puede producirse un pequeño inconveniente si no dispone de suficiente dinero en efectivo, que podemos salvar si nuestro negocio ofrece el TPV con pago con divisas, ya que es más fácil cerrar la venta si es capaz de ver en su propia moneda el coste de la operación. En todo caso, será el cliente el que elija en todo momento cómo realiza la operación, si en euros o en su moneda de origen.

Porque el cliente extranjero que pasa por delante de la puerta de tu negocio posiblemente no vuelva. La estancia media de un turista en una gran ciudad suele estar entre dos y tres días, un tiempo muy escaso para visitar una ciudad, por lo que es complicado volver atrás sólo para realizar una compra en un momento dado si no tenía efectivo suficiente. Esto por no hablar de otro tipo de turistas, como los de cruceros, que en muchas ocasiones apenas tienen unas horas para visitar una ciudad, o los itinerantes, como los peregrinos del camino de Santiago, que no van a volver atrás para realizar una compra.

Otra de las grandes ventajas de implantar este tipo de tecnologías para este tipo de clientes es la posibilidad de comparar precios con su propia moneda, algo que, si tenemos un euro bajo en el cambio frente a otras monedas como la libra o el dólar, desde luego se convierte en una gran ventaja, ya que para el cliente el precio que paga será mucho más asequible.

Para finalizar, tenemos que tener en cuenta que no importa en qué moneda realicen el pago en el TPV los clientes, ya que el comercio siempre va a recibir los ingresos en euros. De esta forma, el servicio, que es muy cómodo para nuestro público, no supone un inconveniente para la gestión de nuestro negocio. Así, tanto el cliente como el comercio salen ganando al tener ambos las cuentas más claras.