Qué son los bonos de titulación y qué aportan a las empresas

Qué son los bonos de titulación y qué aportan a las empresas

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Antes de explicar qué son los bonos de titulización, habría que recordar qué es la titulización. Titulizar consiste en agrupar derechos sobre créditos en una cartera y convertirlos en activos de deuda (bonos) que se emiten en el mercado (se venden). Por tanto, la principal ventaja que aportan a las empresas es que las entidades financieras que tienen limitado el volumen de créditos que pueden conceder aumentan ese volumen crediticio al colocar en el mercado esos bonos procedentes de deudas titulizadas (las sacan de su balance).

A finales del pasado mes de abril, se aprobó en España un nuevo marco legal en el sector de las titulizaciones a través de la Ley de Fomento de la Financiación Empresarial, que tiene como objetivo aumentar la transparencia, calidad y simplicidad de estas operaciones. La firma especializada Axesor estima que esta herramienta aportará cerca de 20.000 millones de euros de nueva financiación a las empresas españolas.

Hace unos años, allá por 2007, España batió su récord de titulizaciones, con un importe total de 140.000 millones de euros, importe que superaba de largo los 7.300 millones del año 2000, pero que cayó a cifras incluso inferiores a partir de 2008, con el estallido de la crisis financiera que terminó de rematar Lehman Brothers tras el primer colapso del también estadounidense Bear Stearns.

Entre los grandes cambios que ha traído la nueva Ley se cuentan la posibilidad de que la escritura de constitución del fondo de titulización prevea la creación de una junta de acreedores, en línea con la del sindicato de obligacionistas, y que debería permitir que los ahorradores o bonistas tengan un mayor peso en las decisiones de gestión del fondo.

Otra de las novedades que la Ley permite es la posibilidad de que el fondo se gestione de forma activa en vez de pasiva, lo que mejorará la rentabilidad del mismo permitiendo que los gestores compren y vendan distintos tipos de activos en su cartera, según marque el mercado.

La nueva legislación también permite que esos fondos concedan garantías a favor de otros pasivos emitidos por terceros; esto es, emisiones respaldadas por deuda de otras empresas, como sería el caso de préstamos a pequeñas y medianas empresas.

Y en cuanto a las menores restricciones, lo más interesante de la nueva Ley es la flexibilidad que aportan la eliminación de las obligaciones de que un mínimo del 50% del fondo sean bonos y la posibilidad de que cualquier tercero (no sólo las entidades crediticias) pueda conceder créditos al fondo.

Por otro lado, se suprimen la obligación de que los bonos emitidos por el fondo estén negociados en un mercado secundario, y la de que cuenten con calificación crediticia.

Por último, también se eliminan la obligación de que la cesión de activos sea plena e incondicionada y por la totalidad del plazo remanente hasta el vencimiento, y la prohibición de que el cedente conceda garantía alguna al cesionario o de otra forma asegure el buen fin de la operación.