Mi empresa necesita financiación, pero ¿a corto o a largo plazo?

Mi empresa necesita financiación, pero ¿a corto o a largo plazo?

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Sabemos que necesitamos financiar el activo de la empresa, pero, ¿financiamos el activo corriente o el no corriente? Esto es lo primero que tenemos que considerar, ya que no es lo mismo financiar un vehículo o una nave industrial, que financiar la compra de unas mercaderías, hasta que se cierra el ciclo de explotación con el cobro de la venta a los clientes.

La mejores alternativas de financiación, ya que en caso contrario pueden tener problemas para retornar las cantidades prestadas.

Elegir correctamente los plazos de financiación, es de suma importancia, ya que una mala elección puede suponer que los recursos generados por la empresa no sean suficientes para cumplir con sus compromisos de pago.

4 puntos básicos a tener en cuenta a la hora de elegir los plazos de financiación

  • El fundamental vigilar es el fondo de maniobra, que es la parte del activo circulante que es financiada con recursos (propios o ajenos) a largo plazo. Sin este fondo la empresa se encontraría desequilibrada de cara a cumplir con sus compromisos de pago, encontrándose con dificultades para desarrollar su operativa habitual, por lo que la diferencia entre los activos y los pasivos corrientes de la empresa debe de ser mayor que cero.
  • Los activos no corrientes o fijos deben de financiarse a largo plazo si son de importes elevados, ya que en caso contrario, las elevadas cuotas del préstamo pueden provocar la insolvencia de la empresa, si no es capaz de generar los suficientes recursos para hacer frente a la amortización de los créditos.
  • Las deudas a largo plazo otorgan a la empresa una mayor estabilidad, ya que por ejemplo una póliza de crédito puede no ser renovada si las cuentas de la empresa se deterioran. En este sentido, un préstamo a largo plazo, da más estabilidad al balance de la empresa, dando más tiempo a que las inversiones den sus frutos y empiecen a generar liquidez para poder amortizar las deudas.
  • La financiación a corto plazo debe utilizarse para financiar el ciclo de explotación de la empresa, recordemos que el ciclo de explotación es el tiempo que transcurre desde que la empresa adquiere sus materias primas, transforma estas en un producto final, lo vende y cobra la venta del cliente. La financiación a corto plazo es por tanto la mejor opción para anticipar cobros de clientes, por ejemplo para pagar a los proveedores.

Alternativas de financiación a corto y a largo plazo

A corto plazo, la financiación más habitual suele ser el anticipo de los créditos de los clientes, descontar pagares o pedir una póliza de crédito, aunque HF también permite anticipar el cobro de las devoluciones de la A.E.A.T., eliminando así esperas innecesarias.

En lo relativo a la financiación a largo plazo, los préstamos personales son uno de los productos más demandados, siendo fundamental para su concesión la solvencia de la empresa, unida en muchos casos a la constitución de garantías o avales. 

Sin embargo, si lo que vamos a financiar es un bien inmueble, el producto estrella es el préstamo hipotecario, en donde será el propio bien la garantía del buen fin de la operación.

Otra alternativa para adquirir activos es el leasing, que supone la formalización de un contrato de arrendamiento a largo plazo que permite el uso de un bien mueble o inmueble que ha sido adquirido por la entidad financiera (arrendador) bajo orden expresa del solicitante del uso del bien (arrendatario) a cambio del pago de las cuotas periódicas que amortizan el coste del bien más su carga financiera. El arrendatario puede además quedarse con la propiedad del bien si ejercita el pago de la última cuota (cuota residual). Una de las principales razones para utilizar esta fórmula de financiación, son las ventajas fiscales para el arrendatario, ya que las cuotas pagadas son consideradas gasto, incluidos los intereses, y a priori no pasan a ser parte del inmovilizado de la compañía, salvo que se ejecute la cuota residual para adquirir el título de propiedad del bien.