¿Es muy distinto el leasing a la adquisición en propiedad?

¿Es muy distinto el leasing a la adquisición en propiedad?

Héroe Financiero » Blog » Tipos de financiación » Financiación de Activos » ¿Es muy distinto el leasing a la adquisición en propiedad?

El leasing se caracteriza por ser un contrato de arrendamiento con opción de compra. El leasing y la adquisición en propiedad son dos formas alternativas de acceder a los bienes que necesita la empresa para realizar sus inversiones a largo plazo.

El leasing es una alternativa de financiación que nos da muchas opciones, que se pueden parecer desde a un arrendamiento semejante al renting a la adquisición de la propiedad. Incluso, en casos como el lease-back, puede parecerse mucho a la obtención de financiación con la prestación de una garantía real (como una hipoteca inmobiliaria, una hipoteca mobiliaria o la pignoración del bien).

Héroe Financiero nos ofrece una interesante oferta. El leasing de Héroe Financiero cuenta con diferentes opciones para adaptar el contrato a nuestras necesidades concretas (seguro del bien, seguro de vida, seguro para cubrir las oscilaciones de tipos de interés, etc.)

Por lo tanto, el leasing, en función de las condiciones que se establezcan, aporta una “gama de grises” que hacen participar a dichas operaciones de las características de unas u otras alternativas. A qué sea a lo que realmente se acabe pareciendo más el leasing dependerá de si realmente se produce la transmisión o no de los costes, riesgos y beneficios del bien objeto del contrato de leasing. Varios factores influyen en que se produzca o no tal transmisión.

El plazo del contrato y la vida útil del bien

El plazo del contrato es muy importante, porque los beneficios que obtengamos de contar con el bien objeto de leasing los obtenemos a lo largo del tiempo. Como regla general, el plazo de las operaciones de leasing suele estar bastante parejo a la vida económica del bien. Eso acerca al leasing a la adquisición en propiedad.

Por contra, aquellas operaciones con plazos más breves (más lejanos a la vida económica del bien) pueden diferir mucho más de la adquisición en propiedad, en la medida en la que en el momento de ejercer la opción de compra todavía quedan muchos beneficios (y costes si el importe de la opción de compra es elevado) que aún no se habrían materializado.

El importe de la opción de compra

Una opción de compra de importe muy reducido puede significar que a la empresa siempre le tenga cuenta ejercer esa opción. Puede ser que, agotada la vida útil del bien, el valor residual que tenga el bien sea superior al importe de la opción de compra. En ese caso normalmente tendría sentido ejercer la opción de compra de un bien que podría valer más que lo que paguemos por esa opción.

En algunos casos existe una decisión clara de antemano de ejercer la opción de compra. En ese caso, el contrato de leasing se asemeja mucho a la adquisición en propiedad con una financiación específica asociada a esa adquisición. Periódicamente pagaremos las cuotas de leasing, del mismo modo que periódicamente se pagan las cuotas de esa financiación.

Cuando ni por lo que habremos de pagar por ejercer la opción de compra, ni por una decisión previa, esté clara la decisión a tomar, es entonces cuando la opción de compra marca una diferencia más clara entre el leasing y la adquisición en propiedad.

El seguro del bien

El leasing se asocia normalmente a la contratación de un seguro por parte del arrendatario, que evita los riesgos de pérdida o deterioro parcial del bien. De esta forma el asegurador correrá con estos riesgos a cambio de una prima.

Los seguros de leasing, como el seguro SegurLeasing de Héroe Financiero, nos ofrecen, además de cubrir el riesgo de pérdida del bien, también cubrirnos del riesgo de un siniestro parcial que obligue a tener que costear una reparación.

El aspecto de los seguros tiene mucha importancia, ya que cubren riesgos que serían propios del propietario de un bien. En el caso de la adquisición en propiedad, el propietario sufre el riesgo de una posible pérdida total o parcial del bien. El propietario tiene la opción de no asegurar el bien, pero es una opción desaconsejable, por su riesgo.