Confirming vs Factoring, ¿qué ventajas me ofrecen?

Confirming vs Factoring, ¿qué ventajas me ofrecen?

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¿Acaso los términos confirming y factoring engloban las mismas operaciones? Nada más lejos de la realidad, ya que uno sirve para cobrar y otro para pagar. En estos momentos de crisis en los que hay falta de liquidez, alta morosidad e insolvencia, muchas empresas tienen miedo a vender, ya que pueden quedarse tanto sin la mercancía como sin el dinero. Digamos que la confianza es uno de los corazones que mueve el cuerpo de los negocios, y ahora más que nunca hay que demostrarla. Una forma de demostrar fehacientemente que somos fiables es mediante el confirming. Es decir, haciendo un contrato con una entidad financiera mediante el cual esta se encarga del pago de la mercancía o servicios prestados por el proveedor.

Por otro lado nos encontramos con el factoring, con el que confirmamos el cobro en vez de el pago. Muchas son las empresas que recurren a este método para alcanzar sus objetivos y disminuir el coste que supone un fuerte departamento de cobro, además de prestar un buen servicio al cliente y hacer frente a esos clientes perezosos a la hora de afrontar los pagos. No admite a todo tipo de clientes esa modalidad, pero es una forma de despreocuparnos de esperar a que nos ingresen el importe de las facturas.

¿Qué es el factoring?

El factoring es una fórmula de financiación y administración, basada en la cesión del crédito a cobrar por la empresa a una entidad financiera o compañía factoring. Básicamente es ceder el crédito comercial de nuestros clientes a una entidad financiera la cual se encargará de gestionar su cobro a cambio de una contraprestación. Es una fórmula muy utilizada por las grandes empresas, y aunque no es tan “popular” entre las pymes, con esta fórmula puede reducir la carga de trabajo del departamento administrativo.

El proceso de asignación y contratación del factoring como vais a ver no es nada complejo. El primer paso que hay que efectuar es contactar con la compañía de factoring o con tu entidad financiera para acordar los términos de la operación más adecuados para nosotros y el coste que supondrá. Para ello, debemos facilitar los datos de nuestra empresa y los relativos a la actividad que desarrollemos con cada uno de los clientes que queremos incluir en el contrato.

Con los papeles encima de la mesa, la compañía o entidad financiera estudiará la solvencia de nuestros clientes (deudores), pudiendo así descartar a aquellos deudores que estime oportuno, al igual que asignar un límite de crédito a aquellos deudores que se incluirán en el contrato. Este límite se traduce a la cantidad máxima que asumirá el factor en el caso de insolvencia de algún deudor.

Una vez acordado todos los puntos y firmado el contrato, debemos enviar a los deudores una carta, en el que se les comunicará que hemos realizado un contrato de factoring, por lo que a partir de esa fecha, el pago de las facturas deberán efectuarlo directamente a dicha compañía o entidad financiera.

Nadie da duros a cuatro pesetas, por lo que el proceso descrito tiene asociado un coste financiero importante. Por un lado, las entidades financieras suelen aplicar una comisión de hasta un 3% del nominal del crédito cedido. Además, por el anticipo de créditos se suele aplicar un tipo de interés, o incluso otros costes relacionados con la elaboración de informes comerciales de los clientes, seguros… Estos costes son su principal inconveniente.

Obviamente, el factoring no está dirigido para cualquier tipo de empresa siendo más adecuado para unas empresas que para otras. Es más fácil conseguir el factoring si tu empresa vende a otras empresas u organismos públicos, en vez de a clientes particulares. Es el caso de las pymes, por ejemplo, que solo se suele cuando estas trabajan con grandes empresas. De igual modo resulta más sencillo sin vendes a plazo, si tus clientes son compradores recurrentes, empresas que se comprometan a ceder a la compañía de factoring una facturación mínima anual…

Entre sus ventajas más atractivas encontramos la posibilidad de financiación que ofrece, reducción de tareas y gastos administrativos, información actualizada sobre la situación de nuestros clientes, una mayor solidez de nuestra estructura financiera o reducir nuestros ratios de endeudamiento y la morosidad.

¿Qué es el confirming?

El confirming o gestión de pago a proveedores es un servicio que ofrecen las entidades financieras a las empresas para gestionar el pago de sus facturas a los proveedores. Resaltar que esta operación solo se puede utilizar como instrumento de pagos nacionales o empresas que son de la zona euro.

Su mecánica es muy sencilla, veámoslo con un ejemplo muy práctico. Compramos suministros de materias primas a la empresa XY por valor de 1.000 euros a pagar en dos meses. Además compramos a la empresa XYZ equipos informáticos por valor de 10.000 euros a pagar dentro de un mes. Para poder llevar a cabo el confirming, estas dos facturas tendremos que mandarlas a nuestra entidad financiera por el concepto, importe y vencimiento correspondiente.

Una vez cedidas a la entidad financiera las dos facturas, nos despreocupamos de dichas, acabándose eso de tener que pagar personalmente, o de realizar transferencias, por ejemplo. Nuestra entidad comunicará a las empresas XY y XYZ que hemos abierto una línea de crédito y que será este quien le pagará el importe esperado.

En esta notificación les informan de que disponen del cobro de la factura de dos formas. La primera es que pueden esperar al vencimiento de la factura y presentar el documento de cobro en su entidad financiera siete días previos al vencimiento. Y la segunda que, si necesitan liquidez, puede solicitar a la propia entidad que les adelante el importe de la factura (menos las correspondientes comisiones e intereses.

La mayor beneficiaria de este proceso es la propia entidad financiera, aunque tanto empresas como proveedores también pueden aprovecharse de sus ventajas. ¿Por qué sale beneficiada en este triangulo empresa-entidad-proveedor? Primeramente porque le permite acceder a otros tipo de clientes, proveedores de su cliente de confirming. Además, presta un servicio para varias partes, lo que aumenta su cuenta de resultados y negocios, y aumenta sustancialmente la vinculación de la empresa con la entidad. Digamos que su mayor inconveniente es el riesgo financiero que asume en un solo cliente, de ahí que la entidad investigue detalladamente la frecuencia de pagos de la empresa.

¿Qué ganamos nosotros como empresa con el confirming? Supone un amplio abanico de ventajas desde que reducimos los costes consecuentes de operaciones de pago, hasta que mejoramos nuestra gestión de tesorería. Esto es así ya que conciliamos todos los pagos en una sola cuenta corriente y nos proporciona la iniciativa de pago. Además puede ser un instrumento para mejorar nuestra imagen ante los proveedores ya que nuestros pagos están avalados por una entidad de crédito. Evidentemente, para que la entidad nos lo conceda debemos tener un currículum excelente de pago de facturas.

El proveedor se asegura el cobro ya que una vez confirmada la factura, es prácticamente imposible que esta no se pague. Además, como hemos dicho puede adelantar el cobro de las facturas sin consumir su capacidad de crédito bancario. Este adelanto es “sin recurso”, es decir, si no pagamos, nuestro proveedor no tiene que devolver la capacidad anticipada. Respecto a los inconvenientes de cara al proveedor, son los costes que suponga el anticipo de cobro, aunque dicho coste suele ser inferior al coste de un anticipo o descuento tradicional.

Con sus ventajas y pese a sus inconvenientes, la actividad de factoring y confirming creció un 8,16% durante el pasado año, hasta los 122.125 millones de euros, lo que supone casi el 11% del Producto Interior Bruto (PIB) español, según los resultados presentados por la Asociación Española de Factoring (AEF).