Préstamo personal o hipotecario

Préstamo personal o hipotecario

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Elegir, la vida es cuestión de elecciones. Y muchas veces resultan duras, pueden resultarnos eternas. Por ejemplo, cuando hablamos de tomar decisiones financieras. Pensemos en la siguiente opción : ¿préstamo personal o hipotecario?, una cuestión que se le plantea a más de uno y para la que vamos a facilitar una serie de criterios que os simplifiquen la decisión.

Evidentemente, están fuera de este análisis aquellos supuestos en que no hay opciones, en que ha de ser hipotecario o personal sí o sí, bien por la naturaleza de la operación, por las garantías que nos exija el que nos financie, o debido a que, en definitiva, no quede otra.

Las ventajas de los hipotecarios, desventajas de los personales

Las ventajas de los préstamos hipotecarios suelen ser claras, pero conviene que el que no las conozca se las sepa de carrerilla:

  • A igualdad de plazo, importe, etc, un hipotecario será siempre más barato que un personal.
  • Un hipotecario nos permitirá plazos más largos en la vida de la operación, lo que a su vez suele conducir a un doble efecto, cuotas más bajas (más tranquilidad y mejora de capacidad de pato) pero más pago de intereses si agotamos el plazo (sin embargo, solemos contar con facilidades para las cancelaciones totales o parciales del préstamo).
  • Será más sencillo obtener importes superiores.
  • En general, nos facilitará la concesión de la operación.

Estas son las ventajas de los hipotecarios: pero como veremos a continuación también tienen sus inconvenientes.

Las desventajas de los hipotecarios, las ventajas de los personales

Efectivamente, frente a aquellos que sólo se fijan en que los personales son más caros que los hipotecarios (lógico, al implicar un mayor riesgo siempre, y una menor duración casí siempre), conviene recordarles que los personales también tienen sus puntos fuertes.

  • Los gastos son mucho menores que los de los hipotecarios: no hay tasaciones, no hay impuesto de AJD, no hay inscripciones registrales, y para importes no muy elevados la tarifa notarial por corretaje suele ser mejor que la de confección de escrituras públicas. Incluso en prestamos no muy elevados es posible que no tengamos que pasar por Notaria. Todo ello sin olvidar que las hipotecas también tienen un coste de cancelación registral.
  • Como comentábamos, al ser los plazos más cortos, conseguiremos que el pago total de intereses se reduzca, si bien una vez determinado, suele ser muy complicado alargarlo ante cualquier dificultad.
  • Al no hipotecar los inmuebles, nos reservamos esta garantía patrimonial para otras operaciones futuras.

Y ahora llega el momento de la verdad

Si tenemos claro el importe y el plazo, es tan sencillo como comparar el coste financiero de ambas opciones. De primeras ganará el hipotecario, pero deberemos comparar los costes de constitución (y futre cancelación) del mismo con los del personal. En más de un caso podemos llevarnos alguna sorpresa.

Cuando no tenemos claro el plazo, debemos darle una vuelta a nuestras prioridades y previsiones. Si tenemos claro que vamos a ser capaces de pagar la cuota, si preferimos optar por un coste final reducido, es muy posible que nos decantemos por un plazo corto, lo que hará que se incrementen el peso de las opciones del personal.

Por contra, si queremos seguridad, si deseamos ir holgados, con el recurso siempre de amortizaciones parciales no muy costosas, nos decantaremos por un plazo largo, por el hipotecario. De este modo, el plazo del mismo diluirá el diferencial de costes de constitución de la hipoteca, reforzada con la ventaja de tipos de interés del hipotecario.

Por tanto, podemos decir que una variable clave para decidir es el tiempo, especialmente desde el análisis financiero, sin perjuicio de los otros aspectos que hemos estudiado como puntos a favor o en contra, pero que escapan quizás de ese marco.